9 may 2013

Tears.

Cuando una persona abandona nuestra vida. Sea de la manera que sea, deja un hueco en nuestro ser.
Y sí, hablo de todas las personas que se van de nuestra vida, porque, si estaban en ella es porque eran importantes ¿no?.
Luego ya, el hueco varía en cuanto a profundidad y tamaño.
Los amigos van y vienen, es ley de vida. Si un amigo se fue, sí, deja esa "pequeña cosita" en nuestras entrañas, pero verás que poco después viene una nueva persona que te hace sonreír de nuevo y le da otra diversidad a tu vida. Así pasa con muchas cosas.
Pero el verdadero dolor, el verdadero hueco, es cuando marcha alguien a quien no puedes reemplazar.
Esa persona que se va para no volver y no se puede reemplazar.
Cuando esto ocurre tienes que pasar de la absoluta presencia de un ser, a sus recuerdos.
Cómo era su rostro.
Cómo era su olor.
Cómo era su pelo.
Cómo era su voz.
Cuando te das cuenta de que lo perdiste y no lo volverás a tener, es cuando aparece el verdadero e inevitable hueco del dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario